
Lo de anoche en el
Galileo no tiene comparación con ninguna otra Noche Sabinera a la que hayamos podido ir. Fue una noche mágica, increíble, emocionantísima y llena de sorpresas que ahora mismo os contaré. Aún sigo emocionada y no tengo palabras para describir cómo lo viví.

Por la tarde estuvimos en la sala, donde nos alegramos mucho de volver a ver a Pedro Barceló, que es al que más tiempo hacía que no veíamos. Ahora lleva el pelo a lo afro, mucho más larguito.

A las 21h había ya cola en la calle para entrar. Nosotros como no teníamos mesa reservada, nos pusimos de pie en un lateral de la sala, por la mitad. Bueno, no os podéis imaginar cómo estaba aquello, a reventar, yo nada más veía gente y gente entrando, increíble, mirabas alrededor y no cabía ni un alfiler. Por cierto, que mucha de la gente eran parientes de ellos, de hecho una de las sorpresas de la noche fue que conocimos a la hermana y al hijo de Antonio y también a Rocío, la hija de Joaquín! Menuda sopresa! La verdad es que había muchas caras conocidas, como Manu Sanchez, de los informativos de Antena 3, o el hijo de Jorge Valdano, que subió a cantar y la verdad es que hizo una de las mejores actuaciones de la noche.


Bueno, empecemos por el principio: el concierto empezó a las 22h y terminó sobre las 12.30, cómo era de despedida fue mucho más largo. En la primera parte del concierto cantaron las de siempre, empezaron con "Zumo de neón", que me encanta esa canción, "Caballo de cartón", "Vámonos pal sur", "Eva tomando el sol", "Peces de ciudad", "Amor se llama el juego", "Llueve sobre mojado", etc... pero también hubo novedades como "El caso de la rubia platino" cantada por Jaime, o "Rebajas de enero" otra de las sorpresas de la noche, porque subieron al escenario dos ex-viceversas: Manolo Rodríguez y Paco Beneyto, que junto a Pancho eran tres ex-viceversas juntos! Por cierto que al final de la noche me hice foto con Manolo. Entre canción y canción Pancho bromeaba con el Barça-Atletic, y también hubo palabras de emoción por ser el último concierto en el Galileo hasta dentro de más o menos dos años, palabras de cariño para Rubén y Vanesa, sus managers, que han hecho posible esta gira. En fin, emociones a flor de piel. Y el público muy entregado en todas las canciones. Ah y otra sorpresa: conocimos en exclusiva a la corista que en esta nueva gira de Joaquín sustituye a Olga Román, una chica morena llamada Mara, que cantó la intro de "Y sin embargo" simpatiquísima y con una voz andaluza que le pega dos mil vueltas a Olga. La chica se hizo querer, a mí me cayó muy bien, la vi muy campechana. Ya la veréis en la gira!

Y en la segunda parte, la del karaoke, fue lo mejor. Eso sí, el tema de las canciones para subir a cantar tenía miga, porque estaban todas las canciones reservadas para compromisos y la verdad es que mi amigo Rubén tuvo el detallazo de hacerme un hueco en la canción "La del pirata cojo", así que esta vez no pude elegir canción, pero bueno, lo importante es que pude subirme al escenario, acompañada de otra chica que era muy simpática, y la cantamos las dos. Me lo pasé realmente genial cantándola, además me hizo mucha ilusión haber subido a cantar al escenario del Galileo donde ha cantado tanta gente importante!

Cuando acabó el show, nos quedamos por allí, nos despedimos de ellos más de mil veces, porque se iban y luego veías que volvían, y ale más besos y más abrazos y así un montón de veces, tanto que se nos hicieron las 2.30 de la mañana y aún estábamos despidiendonos! Que bueno! Lo pasamos muy bien, hubo tiempo para todo, para volver a reencontrarse con amigos sabineros, para fotos, para abrazos, para besos, para lloros, para alegrías, para ver si nos decían algunas fechas de conciertos,... En fin, una noche increíble de las de verdad. Nada que ver con lo vivido anteriormente. Ahora solo nos queda ya esperar la gira con Sabina, que también tengo ganas! Por cierto que en este viaje a Madrid hemos pasado un par de veces por su casa pero no ha habido suerte de pillarlo, lástima, ese hubiera sido ya el colofón de un fin de semana perfecto. Hasta pronto, amigos!